Usá productos adecuados para tu tipo de cabello Cada tipo de cabello necesita productos diferentes. Si tenés el pelo seco, necesitás productos hidratantes; si tenés el pelo graso, necesitás productos que regulen la producción de sebo. Asegurate de elegir productos que se adapten a tu tipo de cabello.
Lavá tu cabello con agua tibia o fría Lavá tu cabello con agua tibia o fría para evitar dañar el cabello y cerrar las cutículas. Si lavás tu cabello con agua caliente, el cabello se va a resecar y se va a volver frágil.
No abuses del secador ni de la planchita El calor excesivo del secador y de la planchita puede dañar el cabello. Tratá de usarlos lo menos posible y, cuando lo hagas, asegurate de usar un protector térmico para minimizar el daño.
Hidratá tu cabello regularmente El cabello necesita hidratación para mantenerse saludable y brillante. Usá una mascarilla hidratante una vez por semana para ayudar a restaurar la humedad perdida.
No peines el cabello mojado Cuando el cabello está mojado, es más vulnerable y propenso a romperse. Esperá a que se seque un poco antes de peinarlo. Si tenés que peinarlo mojado, usá un peine de dientes anchos para evitar tirones y roturas.
Cortá las puntas regularmente Cortar las puntas del cabello cada 6 a 8 semanas ayuda a mantener el cabello saludable y a prevenir las puntas abiertas.
Comé alimentos ricos en vitaminas y minerales Una dieta equilibrada y rica en vitaminas y minerales es esencial para tener un cabello saludable. Comé alimentos como frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables para mantener tu cabello en óptimas condiciones.
Recordá que tener un cabello espectacular no es cosa de un día, sino que es un proceso que lleva tiempo y dedicación.